Análisis de las funciones inmunes en ratones alimentados con dietas lipídicas: especial relevancia del aceite de oliva
dc.contributor.advisor | de-Pablo, Manuela | |
dc.contributor.advisor | Álvarez-de-Cienfuegos-López, Gerardo | |
dc.contributor.author | Puertollano, María Ángeles | |
dc.contributor.other | Universidad de Jaén. Departamento de Ciencias de la Salud | es_ES |
dc.date.accessioned | 2012-12-18T12:45:56Z | |
dc.date.available | 2012-12-18T12:45:56Z | |
dc.date.issued | 2006 | |
dc.description.abstract | Una gran cantidad de estudios han descrito en los últimos años que la malnutrición es la principal causa de inmunodeficiencia que existe en el mundo. De esta afirmación se deduce que existen algunos componentes esenciales de nuestra dieta capaces de ejercer una modulación del sistema inmune tanto de humanos como de animales. Por lo tanto, algunas enfermedades de naturaleza infecciosa de gran importancia para el ser humano están íntimamente relacionadas con deficiencias en la nutrición del individuo debido en gran parte a un estado de inmunosupresión. Dentro del grupo de componentes que forman parte de nuestra dieta y que poseen actividad inmunoreguladora, se encuentran: proteínas; vitaminas como la A, B6, B12, C, D y E; minerales como el zinc y el selenio; y algunos ácidos grasos. Los lípidos incluidos en la dieta son componentes fundamentales, ya que poseen numerosas funciones que intervienen en el correcto desarrollo del individuo. Entre estas funciones destaca la capacidad de estas moléculas para modificar ciertas funciones del sistema inmune. Las primeras evidencias que existen acerca de la relación de los ácidos grasos de la dieta y la regulación del sistema inmune del individuo, se basan en un estudio epidemiológico llevado a cabo por los investigadores Kromann y Green en el año 1980, en una población de esquimales de Groenlandia. Este trabajo de investigación reveló la baja incidencia de enfermedades autoinmunes y cardiovasculares observada en los individuos que forman parte de esta población. Sin embargo, y paralelamente a estos estudios también se detectó una alta incidencia de tuberculosis en estos individuos. Años más tarde algunos investigaciones sugirieron que los resultados observados en la población de Groenlandia se debían principalmente a una masiva ingesta de ácidos grasos poliinsaturados de la serie n3, contenidos fundamentalmente en el pescado, el cual constituye la base de la dieta en estos individuos. A pesar del papel protector que los ácidos grasos de la serie n-3 ejercen sobre el desarrollo de enfermedades cardiovasculares o de carácter autoinmune y a pesar de las propiedades anti-inflamatorias, la administración de altas dosis de ácidos grasos n-3 de cadena larga puede reducir significativamente la resistencia inmune del individuo frente a un agente infeccioso. Varias van a ser las funciones del sistema inmune moduladas por los ácidos grasos de la dieta. Entre ellas las más destacadas son la proliferación de linfocitos, síntesis de citoquinas, actividad de células natural killer (NK), fagocítosis, presentación de antígenos, y producción de anticuerpos. Para llevar a cabo su función inmunomoduladora, los ácidos grasos van a utilizar diferentes mecanismos, muchos de los cuales no están perfectamente clarificados en la actualidad. Para la realización del presente estudio se utilizaron como animales de experimentación ratones de la raza Balb/c, y se llevaron a cabo determinaciones in vivo e in vitro. El principal objetivo se basó en demostrar que los ácidos grasos ejercen una acción inmunomoduladora sobre el sistema inmune del individuo, y que esta acción inmunosupresora puede tener en algunos casos diferentes efectos perjudiciales sobre la resistencia que el individuo presenta a cualquier desorden de carácter infeccioso. Según los resultados obtenidos, el aceite de pescado (compuesto principalmente por ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga de la serie n-3) es el más inmunosupresor, ya que los animales alimentados con esta dieta mostraron una mayor susceptibilidad a la infección por el patógeno intracelular Listeria monocytogenes. Por otra parte, el aceite de oliva (compuesto principalmente por ácidos grasos monoinsaturados de la serie n-9) va ejercer también una acción inmunosupresora sobre el individuo aunque en menor grado que el aceite de pescado, ya que los animales alimentados con la dieta rica en aceite de oliva mostraron una mayor resistencia a la infección con L. monocytogenes. En ambos grupos experimentales, se observó una reducción significativa en la supervivencia de los animales frente a la infección con este patógeno, así como un incremento sustancial del número de bacterias obtenidas a partir del bazo en los ratones alimentados con ambas dietas lipídicas y sometidos a la infección con la bacteria. También se comprobó en estos grupos experimentales una alteración en la actividad bactericida de las células peritoneales. De hecho, los animales alimentados con la dieta rica en aceite de oliva y sometidos a una infección con L. monocytogenes, presentaron un incremento en la actividad bactericida de sus células peritoneales, lo que condujo a una reducción de la capacidad invasora de la bacteria. Otro dato destacable es que tanto la dieta rica en aceite de pescado como la dieta rica en aceite de oliva, promueven la formación de aniones superóxido y de especies reactivas del oxígeno (ROS) antes y después de la infección con L. monocytogenes. Ambos hechos pueden estar implicados en la reducción de la resistencia del hospedador a la infección por L. monocytogenes. Por otra parte también es interesante hacer referencia a los datos obtenidos en relación al papel que juegan los lípidos de la dieta en el desarrollo de cáncer. Según los resultados obtenidos, la inmunosupresión ejercida en el individuo por el aceite de pescado supone un descenso en la supervivencia de los animales alimentados con dicha dieta experimental y sometidos a un transplante con el linfoma LSTRA. Este hecho puede ser debido, entre otros factores, a la reducción observada en la actividad de las células natural killer (NK) procedentes de los animales alimentados con la dieta de pescado. En general y teniendo en cuenta todos los datos expuestos anteriormente, se puede concluir que el aceite de pescado y por tanto los ácidos grasos poliinsaturados de la serie n-3 son los más inmunosupresores; lo que puede suponer un efecto beneficioso en la resolución de los desórdenes inflamatorios. Sin embargo, a pesar de este hecho los procesos de inmunosupresión descritos con anterioridad causan un incremento de la susceptibilidad del individuo a agentes infecciosos dificultando su eliminación pero también un aspecto negativo cuando se trata de desórdenes de origen infeccioso. | |
dc.description.sponsorship | Tesis Univ. Jaén. Departamento de Ciencias de la Salud. Leída el 5 de noviembre de 2004 | es_ES |
dc.identifier.isbn | 8484392783 | |
dc.identifier.uri | http://hdl.handle.net/10953/423 | |
dc.language.iso | spa | es_ES |
dc.publisher | Jaén : Universidad de Jaén | es_ES |
dc.rights | Licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España | es_ES |
dc.rights.accessRights | info:eu-repo/semantics/openAccess | es_ES |
dc.rights.uri | http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/ | es_ES |
dc.subject | Inmunidad | es_ES |
dc.subject | Lípidos | es_ES |
dc.subject | Dietética | es_ES |
dc.subject | Aceite de oliva | es_ES |
dc.subject | Ratas (Animales de laboratorio) | es_ES |
dc.subject.udc | 577.27 | es_ES |
dc.subject.udc | 577.115 | es_ES |
dc.subject.udc | 665.327.3 | es_ES |
dc.title | Análisis de las funciones inmunes en ratones alimentados con dietas lipídicas: especial relevancia del aceite de oliva | es_ES |
dc.type | info:eu-repo/semantics/doctoralThesis | es_ES |
europeana.dataProvider | Universidad de Jaén. España | es_ES |
europeana.rights | http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/ | es_ES |
europeana.type.TEXT | TEXT | es_ES |