Intercambios artísticos entre Granada y Jaén en la Edad Moderna

Abstract

Aunque en la división administrativa que siguió a la conquista del reino nazarí de lo que hoy es Andalucía Jaén representó una de las cuatro partes, el Reino de Jaén, la vecindad del nuevo Reino de Granada y, sobre todo, la proximidad de las capitales de ambas demarcaciones iba a jugar un papel, si no decisivo, al menos muy importante en las relaciones sociales, económicas y desde luego culturales y artísticas, siendo estas últimas las que más se hicieran notar en ese crucial momento de inicio de la Edad Moderna o de tránsito entre el mundo medieval y el renacentista. Por otra parte, no se puede olvidar la larga etapa de pertenencia del territorio jiennense al reino nazarí, cuya dinastía o linaje es originaria de la actual población de Arjona, en el corazón de la campiña de Jaén, ni que hasta los últimos años de la guerra de Granada la frontera entre los dos reinos estaba a escasos kilómetros de la capital del reino cristiano, lo que comportaba tensiones bélicas, pero también fluidos intercambios de todo tipo, como nos lo atestigua la Crónica del condestable D. Miguel Lucas de Iranzo, escrita entre 1463 y 1473. Aun así, hemos de tener en cuenta a la vez los dos siglos y medio de dominio cristiano en la cuenca del Alto Guadalquivir, anteriores a la conquista definitiva de Granada. Un periodo en que se implanta la arquitectura cristiana en el territorio, articulándose con la Baja Andalucía a través del valle del Guadalquivir, un enlace que no se perderá tampoco en los siglos sucesivos.