Osmosis cultural en la frontera: arte en la frontera nazarí
Fecha
1993
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Editor
UNED
Resumen
A esta cita que nos hace la Dirección Provincial del Ministerio de Cultura de Melilla en torno al tema de la "Ciudad y la Frontera", aun cuando se organice desde y para el Norte de África, he querido contribuir analizando la permeabilidad cultural, artística en concreto, entre territorios limítrofes tomando como referencia la frontera nazarí en tanto en cuanto confrontación e influencia mutua de las culturas islámica y cristiana.
La Península Ibérica, quizá como pocas regiones en el tiempo y en el espacio, pueda presumir de tal experiencia a lo largo de todo su Medievo, aunque fuera al final de la Baja Edad Media, quedando ya sólo el Reino de Granada de único bastión del poder musulmán, cuando media Andalucía fue protagonista de la "Frontera" por antonomasia, pues con ese término era denominada la amplia línea que separaba los dominios nazaríes de los de Castilla.
En esa Frontera, un reino y una ciudad. Jaén, por su cercanía a la ciudad de la Alhambra. vivió de forma intensa y muy particular el fenómeno fronterizo. A Ella le prestó memorable atención el historiador Juan de Mata Carriazo en una serie de trabajos recogidos con el título general de En la Frontera de Granada. En la Introducción al volumen 1 de ese libro, Carriazo perfilaba con exactitud el papel de ese límite, que creo oportuno recordar: "A través de esa frontera —escribe— se han filtrado muchas influencias recíprocas, se han creado instituciones muy singulares, como el juez entre los cristianos y los moros y los fieles del rastro, han surgido géneros literarios muy valiosos, como los romances fronterizos y las novelas moriscas, se ha elaborado un nuevo arte de la guerra y una nueva arquitectura militar, y por encima de la incompatibilidad religiosa, se han producido fenómenos muy delicados y significativos de comprensión, tolerancia y cortesía"
Descripción
Palabras clave
Jaén, Miguel Lucas de Iranzo, La Alhambra